Una nueva ley de Copropiedad se está tramitando actualmente en el Congreso Nacional, y Diciembre del 2017, después de que, esta comisión indicada, hubo recibido y revisado las distintas y especiales observaciones a este proyecto de ley, de los distintos estamentos vinculados a la copropiedad, como por ejemplo: la de las Asociación de Municipalidades, Asociación Nacional de Jueces, las de las Juntas de Vecinos y Copropietarios, la de entidades del orden y seguridad, las de la Asociación del Cuerpo de Bomberos de Santiago, de la Cámara Chilena de la Construcción, entre otros importantes actores, CGAI Chile a través de su Directorio quiere dar su opinión en relación a un hito importante que tendrá este nuevo cuerpo legal, que regirá la vida y trabajo por aproximadamente otros 20 años.

Queremos referirnos al Registro de Administradores de Copropiedad. Estudios nuestros, realizados como gremio, nos indican, que del orden de unos cuatro mil administradores se dedican a administrar más de una comunidad en Chile. Consideraciones apartes, son las comunidades que se auto administran, las cuales estimamos nosotros llegarían a miles, a lo largo y ancho de nuestro territorio.

En un escenario como el descrito, en el párrafo anterior, se hacía necesario que las autoridades del Ministerio de Vivienda y Urbanismo impulsaran la creación de este registro para salvaguardar el orden, la actividad y la profesionalización del sector.

CGAI Chile ve con buenos ojos que se instaure en el colectivo de la vida en comunidad una ley que contemple el registro de administradores, esto dará, seguridad y transparencia, no tan solo para quienes demanden los servicios de un administrador, sino para los mismos que estén dentro de un registro, el cual deberá ser público, con las reglas claras en cuanto a qué se necesitará para estar inscrito, como también, saber a qué se expondrán, aquellos administradores que no cumplan con las exigencias.

Ya llevamos casi 20 meses y aún no tenemos claro cuáles serán las exigencias que se deben cumplir y las sanciones que se llevarán a cabo si un mal administrador no hace bien su trabajo. El desconocimiento de cómo esto se está fraguando al interior del MINVU, sin nosotros, los actores más importantes, poder opinar, no es una señal alentadora para nuestros asociados y colegas que se dedican a esto de manera seria y responsable

Es menester de las autoridades del MINVU, dar a conocer tanto a los administradores, a quienes se auto administran, a los copropietarios y a la comunidad en general, cómo será este registro. CGAI Chile, desea firmemente contribuir a la creación de esta nueva exigencia para los administradores. Deseamos sacar del mercado a todos los que se dicen ser administradores y que ni siquiera están colegiados bajo un organismo que vele por sus actos de administración y su trabajo esté bajo una ética profesional. Además sumamos que tampoco la autoridad ha sido clara al respecto que tipo de curso es el que se les exigirá a los administradores. En una de las observaciones que CGAI Chile le hizo a la Comisión del Senado, en el minuto que el Senador Alejandro Navarro era el Presidente, establecimos una malla curricular y un número mínimo de horas de capacitación.

A la luz del nacimiento de un registro de administradores, nosotros, el gremio más importante en la materia, desconoce en que se fundamentará un registro, lo cual nos parece que se contradice con el cuerpo legal que ya está tomando forma y ahora ha sido despachado a la Cámara de Diputados para su revisión.

CGAI Chile, es una institución con 20 años de vida y a través de este tiempo hemos impulsado y colaborado con muchas leyes y normativas que rigen no tan solo la vida en copropiedad, sino en otras materias de muchísima importancia, como fue en su minuto, la certificación de instalaciones de gas y ascensores, entre otras. La actual ley tiene ocho indicaciones aportadas por nuestro gremio y por esta razón entendemos que es justo que el MINVU nos llame y nos escuche sobre que registro de administradores necesita la actividad. No llamarnos, lo vemos como un acto de soberbia y desconsideración para quienes diariamente aportamos al cuidado del patrimonio arquitectónico de Chile. Esperamos que con esta carta, la autoridad entre en razón y nos haga participar. Por el bien de todos, por el resguardo de nuestra profesión, por los intereses de nuestros copropietarios.