Definir un concepto de felicidad universal, si antes nosotros mismos no lo hemos hecho para nuestra persona con un propósito idéntico, que aspire a llevarnos a ese estado ideal de andar por la vida con una actitud alegre y positiva; la verdad es que resulta difícil.

Según estudios de organismos internacionales que se dedican a estudiar este fenómeno, cada vez el ser humano es más infeliz. La razón: pretende tener más, que ser más.

Y hace unas semanas atrás nos visitó desde Colombia, Alfonso Álvarez, quien lleva estudiando  hace ya un par de años el comportamiento en este sentido de las personas que viven y trabajan en Copropiedad en toda Latinoamérica.

Y bueno, CGAI le interesó el material que nos hizo llegar, e invitamos a nuestros socios a que conocieran el estudio de ASURBE, empresa de Alfonso, que se ha dedicado, como ya hemos dicho, a observar qué pasa con la gente cuando debe vivir y soportar a su vecino en un edificio de departamentos o de oficinas.

Y pasa mucho, pero nada bueno. La sociedad y el relacionamiento entre los habitantes de estas moles de concreto, es a juicio del estudio, algo complejo,  eso la sabemos, dirá nuestro lector, pero Alfonso encontró una manera de ver los problemas cotidianos de otro modo y lo que nos enseñó fueron 11 tips de cómo hacer que los copropietarios se respeten y trabajen en conjunto, como primera cosa, y después de lograr eso, llevarlos al estado de tranquilidad plena  y de ahí dar un salto hacia la FELICIDAD, que era el llamado de esta charla.

Nos pareció interesante que nos dijera cuan involucrado puede estar el administrador de edificio en todo este proceso, conociendo que no está entre nosotros, los administradores, tal vez preocuparnos de esta tarea titánica, pero si repasamos los que nos dijo nos quedan las ideas de que sí podríamos logran cambios que favorezcan nuestra administración, si logramos que estas personas se lleven bien entre ellas usando las recomendaciones de su estudio.

Bien, al final se dio un interesante debate entre los asistentes y el relator, pues el tema es difícil, pero no imposible, si  vemos con positivismo cualquier desafío que una comunidad de edificio nos plantee, y sin lugar a dudad el anhelo de hacer feliz a los demás es una utopía a la vuelta de la esquina, sin querer algún día nos taparemos con ella.

Agradecemos a Alfonso y a los socios que se dieron cita esa mañana y en nuestra próxima revista CGAI N°10, hemos ampliado aún más el tema.